Claves identitarias en la crisis de Bielorrusia
Lukashenko quiso ser considerado el padre (Batka) de la nación bielorrusa moderna tras el colapso de la URSS. Aprovechando el caos económico y político de los primeros años de transición, y ante un primer gobierno nacionalista cercano a sus vecinos lituanos y polacos, consiguió amplio apoyo popular para reconducir al país hacia un camino totalmente diferente: eliminación de los símbolos de la inmediata independencia (que había retomado la bandera de laRepública popular de 1918, con los colores rojo y blanco y el escudo de armas de Pahonia, ligada a la heráldica de la Confederación Polaco-Lituana), recuperación o actualización de parte del legado soviético (desde la nueva enseña nacional a viejos monumentos o al mismo nombre de la KGB), amplia defensa del aparato industrial local (donde Lukashenko había destacado como eficaz gestor agrícola de un Koljoz), sanción de la cooficialidad del idioma ruso en el país (siendo rusófono él mismo Lukashenko), y reeestablecimiento de relaciones privilegiadas con su “gran hermano” del Kremlin,